Los primeras referencias al Reino que encontramos ya al comienzo del libro nos ofrecen un escenario iluminador: dirigiéndose a Jesucristo Crucificado y Resucitado, al que percibe como presente y cercano, la asamblea litúrgica, con un impulso de conmovida gratitud, expresa su agradecimiento por los dones que de él ha recibido: “Al que nos ama, y nos ha librado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios, su Padre. De este modo presenta el núcleo de su misión y manifiesta la voluntad y la actuación del Padre. El título de «Kyrios» designa a Cristo, el Hijo, que es el último revelador enviado por Dios (cf. El interés personal y pastoral de Pablo se concentran de forma casi exclusiva en la muerte y la resurrección del Señor y en los efectos salvíficos que proceden de ellas. 56. Es importante en sí mismo, pero más lo es la primera celebración explícita de dicho acuerdo entre Dios y el pueblo.Dios celebró otro pacto fundamental en Gén 12:1-9, cuando le prometió a Abram que de su descendencia surgiría una gran nación, que dicha nación recibiría la tierra de Canaán como posesión y que el mundo sería bendecido a través de él. Gén 2,18-24) y la caída de la mujer en el paraíso. En el centro de cada uno de los evangelios encontramos la persona de Jesús, vista en sus relaciones, múltiples y singulares, con Dios, relaciones que se manifiestan en los hechos de la vida de Jesús y en su actividad, pero también en su papel para la historia de la salvación. 86. Cuando se aplica de manera adecuada, la teología bíblica actúa en conjunto con otras disciplinas teológicas, y no en oposición directa a ellas. El motivo literario del juicio sobre las naciones comienza, pues, en los relatos de los orígenes, pero, como documentan los profetas y los escritos apocalípticos, se extenderá a los diversos pueblos cada vez que una nación –y, consiguientemente, también Israel– sea considerada por Dios merecedora de sanción. Las palabras inspiradas que encontramos en el Apocalipsis son todas, en su raíz, palabras propias de Dios, pasan y se condensan en Jesucristo, Palabra viviente de Dios; desde Jesucristo y por mediación del Espíritu se irradian hacia los hombres y los alcanzan. Pues bien, es en esta línea como se entiende la ley del “exterminio” y la aplicación puntual que hacen de ella los fieles del Señor. Este contacto, inicial y directo, del texto con el nivel de Dios es activado posteriormente, a lo largo de todo el libro, tanto en la primera como en la segunda parte que lo componen, por el influjo particular y propio del Espíritu, que renueva y dilata interiormente a Juan, produciendo constantemente en él un salto cualitativo en el conocimiento de Jesucristo. Al hablar por medio de los profetas, Dios se dio a conocer, pero indirectamente, por persona interpuesta; ahora el encuentro con la Palabra de Dios se realiza en el Hijo. Toda la narración, como ya se ha dicho, está orientada al hombre. Y hoy no debemos confundir los principios con su aplicación, que está siempre determinada por el contexto social y cultural. Exponemos las diferencias y las convergencias que se descubren entre los dos relatos y tratamos de determinar el mensaje de los mismos. Samuel y Reyes se presentan así, en buena medida, como una sucesión de anuncios de desgracia y de su cumplimiento. también 1 Cor 15,3-8). 42. La verdad bíblica según la Dei Verbum1.2. Menciona muchos profetas y a propósito de Isaías declara: «Con gran inspiración vio el fin de los tiempos, y consoló a los afligidos de Sión» (48,24). En otras palabras, el Señor es el autor principal de la historia de su pueblo; anuncia los acontecimientos, y hace que ocurran. La afirmación de que Pablo ha escrito «conforme a la sabiduría que le fue concedida», lo presenta como escritor inspirado. 144. En cualquier caso, fue el encuentro con Cristo vencedor de la muerte lo que hizo que Pablo entendiera la vitalidad del crucificado, y no al revés. En no pocos relatos se resalta que Jesús no impone la curación, sino que presupone la fe de los que acuden a él (cf. A partir de estos interrogantes la Pontificia Comisión Bíblica se ha esforzado en indagar sobre la relación que existe entre inspiración y verdad y en verificar de qué modo tratan estos conceptos los mismos escritos bíblicos. El Reino se realizará en la tierra, en la zona del hombre, con toda la plenitud con que fue proyectado en el nivel altísimo de Dios. Dios decidió liberarlos de la esclavitud mediante milagros increíbles realizados por medio de Moisés. (Poiema Publicaciones), que estará disponible en febrero del próximo año. “Los profetas que nos precedieron a ti y a mí – dice Jeremías al (falso) profeta Ananías – desde tiempos antiguos, profetizaron a países numerosos y a reyes poderosos guerras, calamidades y pestes” (Jer 28,8); la palabra auténtica del Señor afirma, por lo tanto, que el Dios justo revela históricamente la maldad del mundo precisamente en el sufrimiento de la sanción. Así, pues, es probable que Mateo utilice este “motivo literario”. Por ello el salmista dice: «Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal» (Sal 86,15). No obstante esta declaración de principio, algunas afirmaciones del texto sagrado crean dificultades. Una primera característica de la verdad bíblica es la de hallarse expresada en muchas formas y en diversos modos (Heb 1,1). Son muchos los factores que han de señalarse en el nivel filosófico (positivismo, idealismo, marxismo, fenomenologí­a, existencialismo, neopositivismo), antropológico (desarrollo de las ciencias humanas), histórico-crí­tico (método filosófico-crí­tico), socio-polí­tico (secularización y secularismo), intercultural (relaciones entre las diferentes culturas) e interconfesional (diálogo ecuménico e interreligioso), que han llevado a un replanteamiento de la metodologí­a teológica. El autor recurre a una expresión bíblica, «etapa final», que indicaba vagamente el tiempo futuro (cf. Sal 136,5; 147,5). El contenido del anuncio de Jesús es “el Evangelio de Dios”, la buena noticia que habla de Dios y viene de Dios. La salvación revelada por él constituye la culminación de la obra salvífica de Dios. ¿Por qué quiso subrayar Pablo el carácter revelado de su Evangelio? El contexto del estudio de la inspiración y de la verdad de la Biblia. Así, pues, en Jn 19,35 se subraya, con una referencia específica a la muerte de Jesús, lo que Jn 21,24 afirma en relación con todo lo narrado en el cuarto evangelio: esto ha sido escrito por un autor que, por experiencia directa y por fe, está íntimamente unido a Jesús y a Dios, y comunica su testimonio a una comunidad de creyentes que participan de la misma fe. Teología bíblica: los ProfetasLa Biblia hebrea divide los Profetas en Anteriores (Josué a Reyes) y Posteriores (Isaías a Malaquías). Josué se manifiesta como “siervo del Señor” (Jos 24,29; Jue 2,8) cuando asume la tarea de ejecutar la justicia: sus victorias son atribuidas una y otra vez al Señor y a su poder sobrehumano. 54. Ya en los evangelios de la infancia, de Mateo y Lucas, se hace una clara referencia al origen divino de Jesús (Mt 1,20; Lc 1,35) y a su relación única con el Padre (Mt 2,15; Lc 2,49). Se expresa así una lectura profética de la historia, que en la victoria de los mansos, en una guerra “santa”, descubre la realización del Reino del Señor sobre la tierra. Sin embargo esto no debe interpretarse en el sentido de que la verdad de la Sagrada Escritura afecte sólo a las partes del Libro Sagrado que son necesarias para la fe y la moral, excluyendo otras (la expresión veritas salutaris del cuarto esquema no había sido aceptada precisamente para excluir tal interpretación): El sentido de la expresión «la verdad que Dios, por nuestra salvación, quiso que fuera consignada en las sagradas letras» es, más bien, que los libros de la Sagrada Escritura, con todas sus partes, en cuanto inspirados por el Espíritu Santo y por tener a Dios como autor, se proponen comunicar la verdad en cuanto que está relacionada con nuestra salvación, que es de hecho la finalidad por la que Dios se revela. En todos los evangelios sinópticos el ministerio público de Jesús va precedido, en efecto, por su bautismo y una teofanía impresionante. En 2 Tim 3,16 se dice: «Toda Escritura es inspirada por Dios es también útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia». Es en Jesús en quien Dios se revela a sí mismo y su proyecto de salvación para toda la humanidad; es en Jesús en quien Dios habla a las personas humanas, a través de Jesús son conducidas a Dios y unidas a Él; a través de Jesús obtienen la salvación. ¿Qué excusa hay, entonces, para quienes rechazan la salvación? El hecho de que solo Mt 28,2 se refiera a un terremoto no significa que los otros Evangelios, al no mencionarlo, lo nieguen. La teología histórica rastrea el proceso de desarrollo doctrinal, mientras que la bíblica describe los elementos concretos de esas doctrinas. 1. En realidad, los dos términos, que en un cierto sentido describen dos modalidades (paterna y materna) del amor de Dios, se usan conjuntamente: «Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas» (Sal 25,6; cf. 21.Terminada la relación de textos escogidos del Antiguo Testamento podemos ahora volver a verlos con una perspectiva sintética. Con frecuencia en el Antiguo Testamento la sabiduría es atribuida explícitamente al Espíritu de Dios (cf. De acuerdo con las prescripciones de la ley, el niño es presentado al Señor en el Templo de Jerusalén y es recibido por Simeón y Ana (2,22-40). La alianza con el Dios creador y salvador conduce a los creyentes a «vivir conforme a la verdad». El presente documento de la Comisión Bíblica no constituye una declaración oficial del Magisterio de la Iglesia sobre el tema, ni pretende exponer una doctrina completa sobre la inspiración y sobre la verdad de la Sagrada Escritura, sino sólo referir los resultados de un atento estudio exegético de los textos bíblicos en lo que concierne a su proveniencia de Dios y su verdad. Sab 1,7; 12,1). La experiencia de la presencia poderosa de Dios en el ámbito del santuario. Jn 1,1.14), transmitido a través de la palabra dirigida a los hombres, será como impreso en todos los hombres que lo acogen, otorgándoles su novedad cristológica. De este modo, comunicando la revelación de Dios en su Hijo Jesús, los evangelios muestran, implícitamente, que su texto proviene de Dios. La proveniencia de Dios del texto según el prólogo (1,1-3). El juicio de Dios descrito aquí sobre el pecado es un juicio parcial, solo para que la gravedad y las consecuencias del pecado sean evidentes. En el libro del Deuteronomio, en particular, leemos que Dios ordena desposeer a las naciones cananeas y entregarlas al exterminio (Dt 7,1-2; 20,16-18); la orden es ejecutada fielmente por Josué (Jo 6–12) y puesta en práctica en la primera época de la monarquía (cf. La identidad de los nombres en la lista de Lc 6,14-16 y en la de Hch 1,13 pretende reafirmar la larga e intensa relación personal de cada uno de los Apóstoles con Jesús. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre” (12,49-50). Se especializa en la investigación de los acontecimientos … El tercer uso de veraz/verdadero en relación con las palabras inspiradas se halla en la última página del libro. Llegó la boda del Cordero, su esposa se ha embellecido, y se le ha concedido vestirse de lino resplandeciente y puro –el lino son las buenas obras de los santos–” (Ap 19,6-8). 95. Examinaremos ahora, primero en los Evangelios Sinópticos y luego en el Evangelio de Juan, qué tipo de verdad revela Cristo sobre Dios y sobre la salvación humana. Jonás va más allá en su universalismo al presentar a los malvados y odiados asirios –que habían destruido el reino de Israel, deportando a sus habitantes, y se enorgullecían de sus feroces costumbres guerreras– como destinatarios de un mensaje profético al que respondieron convirtiéndose. El sabio quiere comprender el significado de las ocupaciones en las que se afanan los hombres en la tierra (8,16), y constata: “También pude observar todas las obras de Dios: el hombre no puede descubrir el sentido de cuanto se hace bajo el sol…; y aunque el sabio pretenda saberlo, nunca podrá descubrirlo”(8,17; cf. Ap 2,4-5), un “amor celoso” (Ap 3,19). Jesús dice en mt 11,27 (Lc 10,22): “Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Estos Once forman el núcleo de la comunidad a la que se manifiesta el Señor resucitado (cf. En efecto, su punto de partida, a diferencia de la filosofí­a, es “dogmático” en el sentido de que se identifica con la Palabra de Dios, entendida globalmente, que nunca podrá poner en discusión la reflexión teológica sin fallar a su estatuto epistemológico, a su misma constitución de inteligencia de la fe. La exhortación parece no seguir Gal 3,28, donde se declara que en la iglesia no debe haber discriminaciones, ni entre judíos y griegos, ni entre libres y esclavos, ni entre hombres y mujeres. Por otra parte, la diversidad de planteamiento entra la carta a los Romanos y la carta de Santiago resulta paradigmática en relación con la pluralidad mediante la cual la Escritura atestigua la verdad de Dios. El amor del Hijo procede del amor del Padre, y el amor de los discípulos debe estar enraizado en el amor que ellos han recibido del Hijo y debe reflejar la cualidad y la intensidad de este amor. La labor desarrollada por los redactores en orden a dar cierta coherencia doctrinal y práctica al texto sagrado no ha eliminado en modo alguno las huellas de la historia, desvelando sus titubeos y sus imperfecciones, tanto en el ámbito teológico como en el antropológico. Los libros proféticos y los libros históricos son, con el Pentateuco, las partes del Antiguo Testamento que insisten en mayor medida sobre el origen divino de su contenido. Al ser un hebreo creyente, los recibe como testimonio de la voluntad y del plan salvífico de Dios para la humanidad. Lucas, en particular, menciona repetidamente al Espíritu que anima a Jesús en su misión de enseñar y curar (cf. Ya en el diálogo con Nicodemo dice: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, 15para que todo el que cree en él tenga vida eterna” (3,14-15). Aunque hablen de la admiración de la gente ante la actuación de Jesús (cf. Por esta razón debemos entender el conjunto de la conquista como una especie de símbolo, análogo al que leemos en algunas parábolas evangélicas de juicio (Mt 13,30.41-43.50; 25,30.41; etc. Se sintió entonces la necesidad de criterios ciertos para distinguir los textos ortodoxos de los heterodoxos. Todo intento de interpretar la historia bíblica en una perspectiva moderna se expone al peligro de leer los textos al margen de su intencionalidad y de no captar la plenitud de significado. Pero antes de seguir, permíteme hacer algunas aclaraciones de interpretación bíblica. El ser humano es criatura de Dios; para él, Jesús, el Hijo de Dios, constituye un modelo siempre válido de gratitud, obediencia y apertura en las relaciones con Dios Padre, que es la fuente de toda salvación. Tal sacralización, por una parte, hace que el texto sea absolutamente intangible, sin posibilidad de añadiduras o sustracciones, y, por otra, activa en su interior la energía profética que lo hace idóneo para repercutir decididamente en la vida. Con la expresión «contemplar el rostro de Dios» se entiende por lo tanto un encuentro intenso, real y personal con Dios, no mediante el órgano de la vista, sino en la «visión» de fe. “Líbranos del mal”. Su actuación se revela particularmente prodigiosa y extraordinaria en haber liberado a Israel de la esclavitud de Egipto y haberlo conducido a la tierra prometida. Advertidos en sueño sobre ella, vuelven a casa por otro camino (2,12). Renunciar a los ídolos es acceder al culto exclusivo del Señor y aceptar una alianza definitiva con él: el Señor es el único salvador del pueblo, el único Dios verdadero. La Sagrada Escritura denuncia y condena toda forma de abuso, desde la esclavitud a las guerras fratricidas, desde las agresiones personales a los sistemas de opresión, bien sea entre las naciones o bien dentro de Israel (Am 1,3–2,16). Tener compasión del criminal, perdonándolo, se considera un acto de desobediencia e injusticia (Dt 13,9-10; 19,13.21; 25,12; 1 Sam 15,18-19; 1 Re 20,42). El proyecto divino apela a la respuesta de los hombres, en el marco de la alianza (Éx 24,7-8; Dt 5,2-3). ¿En qué medida pueden y quieren los textos atestiguar hechos realmente ocurridos? Los enunciados literarios y teológicos del Antiguo Testamento. Esta Palabra de Dios es la que exige ser intellecta, es decir, conocida y comprendida cada vez mejor. La teología bíblica nos ayuda a ver el panorama general, a apreciar los temas que mantienen unida la Biblia, a entender cómo se desarrolla la historia, a ver cómo las promesas del … La posición escogida para nombrarlo, al final de la frase, concentra la atención en él. El arco temporal abarcado por la literatura bíblica es sin duda amplísimo, pues supera el milenio; en él se revela necesariamente el legado de ideas ligadas a una época particular, de oipiniones fgruto de experiencias y preocupaciones características de un momento específico del pueblo de Dios. Sin embargo, en relación con esto, hay dos pasajes de importancia excepcional: 1,1-2, donde al autor hace una síntesis de la historia de la revelación de Dios a los hombres y muestra la conexión estrecha de la revelación divina en los dos Testamentos, y 2,1-4, donde se presenta como perteneciente a la segunda generación cristiana, como uno que había recibido la palabra de Dios, el mensaje de salvación, no directamente del Señor Jesús, sino a través de los testigos de Cristo, de los discípulos que lo escucharon. Tal sucesión no desaparece con la destrucción del reino de Judá. Jesús responde a la pregunta enumerando sus obras poderosas (11,4-5). Sobre ello encontramos una indicación interesante en 10,9-11. Al mismo tiempo lo ama como un padre, con un amor generoso y fiel. Ese es el tiempo de las comunidades que creen en Jesús, el tiempo de la Iglesia. Nadie puede cambiar lo que Dios realiza a su debido tiempo (cf. Aun reconociendo que “bien podía tu mano omnipotente, que había creado el mundo de materia informe, enviar contra ellos manadas de osos” (Sab 11,17), añade: “Te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los humanos para que se arrepientan” (Sab 11,23; cf. Dios reclama la alabanza, la súplica en la angustia (50,14-15.23) y la recta actuación para con el prójimo (50,23). d. La plenitud de la salvación consiste en la resurrección con Cristo. He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe. 2 Pe 1,16-21; 3,1-2), el Antiguo Testamento (los profetas) mediante su lectura cristológica, y el Nuevo Testamento mediante del testimonio de los apóstoles que se expresa en sus cartas (especialmente en las de Pedro y Pablo), pero también en los evangelios, basados en «testigos oculares y ministros de la palabra» (Lc 1,2; cf. 3,15; etc.). Presentado solemnemente con un término tomado del Cuarto Evangelio (cf. De ello resulta que la modalidad concreta de la proveniencia de Dios es diversa, según los casos, sin que pueda parangonarse con un dictado divino simple y uniforme. Os 11,1). DV, n. 12) se expresa ya in nuce en Ex 19,19, donde se dice que Dios respondía a Moisés «con un sonido»; se descubre así que Dios «accede» a servirse del lenguaje humano, también y precisamente en el caso del mediador de su revelación. 3,9). Es fundamental el don de una relación personal con Dios (fe incondicional en Dios, temor de Dios, fe en Jesucristo, Hijo de Dios). La manifestación de la violencia resulta especialmente incorrecta cuando se desarrolla en la oración; pero es un hecho que precisamente en el Salterio encontramos expresiones de odio y deseos de venganza que representan un contraste radical con los sentimientos de amor hacia los enemigos que el Señor Jesús enseñó a sus discípulos (Mt 5,44; Lc 6,27.35). Resulta sorprendente que el Cantar de los Cantares haya sido acogido entre los libros de la Biblia hebrea (entre los cinco rollos); de hecho su contenido es muy singular. Los dos momentos principales de su actuación son el momento positivo del auditus fidei (toma de conciencia de la fe de la Iglesia a través de su desarrollo histórico a partir del tema bí­blico) y el momento reflexivo del intellectus fidei en sus niveles explicativo, especulativo y actualizante. Ex 24,12). ¿Qué pretenden afirmar? El autor del Apocalipsis tiende a resaltar al máximo este acuerdo de amor, colocándolo, de acuerdo con su estilo característico, en el esquema humano del amor entre dos enamorados. En esta etapa final nos ha hablado por el Hijo» (Heb 1,1-2). Job 28). La verdad bíblica asume además una gran variedad de géneros literarios, por lo que no existe únicamente la proposición dogmáticamente relevante, sino también la verdad propia del relato, la de la norma legislativa o de la parábola, la del texto de oración y la de un poema de amor como el Cantar, la de las páginas críticas de Job y el Eclesiastés y la de los libros apocalípticos. Afirmar que un libro bíblico está inspirado significa reconocer que el mismo constituye un vector específico y privilegiado de la revelación de Dios a los hombres, y que sus autores humanos fueron impulsados por el Espíritu a expresar verdades de fe, en un texto situado históricamente y recibido como normativo por las comunidades creyentes. Son los que narran comportamientos claramente inmorales, que expresan sentimientos de odio o de violencia, o parecen promover condiciones sociales que hoy se consideran injustas. Siguiendo «recorridos» o «ejes» dentro de la Escritura el lector puede llegar a descubrir el modo en que se han ampliado y desarrollado los temas teológicos. Los escritos examinados, si bien diversos en cuanto a fecha y lugar de composición, además de serlo por el contenido específico y por el estilo literario particular, concuerdan en presentar un único gran mensaje de fondo: Dios nos habla. también Mt 8,27; 14,33). Tras haber tratado el concepto de inspiración en los testimonios de los libros bíblicos, la relación entre Dios y los autores humanos y cuál es la verdad que tales escritos nos transmiten, la reflexión de la Comisión Bíblica se ha detenido a examinar algunas dificultades que parecen problemáticas desde el punto de vista histórico o ético-social. La verdad revelada que se contiene en el mensaje del Apocalipsis se presenta como la “revelación de Jesucristo que Dios le encargó” (Ap 1,1). Esta se hallaba garantizada ante todo por la autoridad de los escritores, que, según una venerable y antigua tradición, habían sido reconocidos como enviados por Dios y dotados del carisma de la inspiración. Cuando todas las palabras reveladas se hayan realizado, aniquilando el mal que se halla instalado en la historia e implantando en ella la maravilla de Cristo, Dios declarará solemnemente refiriéndose a las palabras: “¡Hecho está!” (Ap 21,6). Un grupo («nosotros») presenta al discípulo –identificado con el protagonista del último relato– como testigo fiable y como quien escribió de toda la obra. 2.8.12). Con la misma actitud con la que celebramos el misterio pascual de Cristo como misterio de Dios y de nuestra salvación, se nos invita a acoger la Palabra que Dios nos dirige lleno de amor y de benevolencia. 59. 8,12; 12,46); en la resurrección de Lázaro (11,1-44), como “la resurrección y la vida” (11,25). 38. : R. Fisichella, Método, en DTF 908934; íd., Introducción a la teologí­a fundamental, Verbo Divino, Estella 1993. El Pentateuco2.2. Pese a todo, en el relato hay, no sólo detalles, sino incluso elementos estructurales que no podemos considerar como hechos históricos y nos llevan a interpretar el texto como una composición imaginaria, con hondos contenidos teológicos. Por ello, al estudiar la verdad en la Biblia, centraremos nuestra atención en este preciso motivo: ¿qué es lo que comunican los diversos escritos bíblicos sobre Dios y su proyecto de salvación? Con estos criterios se puede investigar útilmente el testimonio de los diversos escritos bíblicos y se puede ver cómo provienen de Dios, por ejemplo, textos legales, dichos sapienciales, oráculos proféticos, oraciones de todo tipo, exhortaciones apostólicas, etc., y cómo, en consecuencia, Dios es autor de los mismos mediante los autores humanos. El objetivo de la entera celebración es hacer presente a Jesús en medio de la comunidad de los creyentes y favorecer el encuentro y la comunión con él y con Dios Padre. Las secciones del libro dominadas por el «nosotros» (Hch 16,10-18; 20,5-15; 21,1-18; 27,1-28,16) evocan la relación del autor del libro con Pablo y, a través de Pablo, con Jesús. La mayoría de los exegetas admite que la redacción final de los relatos patriarcales, de los del Éxodo, de la conquista y de los Jueces, se llevó a cabo después del exilio en Babilonia, durante el período persa. A estas objeciones se responde diciendo que Pablo no insiste en la sumisión de las mujeres –las motivaciones correspondientes son brevísimas–, sino más bien en el amor que el marido debe mostrar a la mujer, un amor que para Pablo es la condición, no solo de la unión y de la unidad del matrimonio, sino también de la sumisión y de la veneración de la mujer por el marido. Con la frase siguiente, “Yo soy la puerta” (10,7.9), Jesús dice que Él es el verdadero acceso hacia las ovejas (10,7): los verdaderos y auténticos pastores del pueblo de Dios son solo las personas a las que Jesús ha encargado de serlo y que vienen en su nombre (cf. Esta indulgencia de Dios no debe servir para quitar responsabilidad al hombre, sino que es más bien una invitación a la conversión: “Retorna al Señor y abandona el pecado, reza ante su rostro y elimina los obstáculos.
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